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Historia de Chile es best seller en librerías: “Un veterano de 3 guerras” lleva más de un año en el top de ventas

Por Francisco Castillo   23/04/2016 |   http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20160422/pags/20160422213624.html

VETERANO

 

El libro relata las vivencias de un abogado de Melipilla que entró de voluntario a combatir en la Guerra del Pacífico, después continuó en la campaña de La Araucanía y terminó defendiendo al presidente Balmaceda en la Guerra Civil del 91

 

 

En un verdadero fenómeno de ventas se ha transformado un libro que entrega información, rasgos humanos, anecdotario y datos duros -a veces muy duros- de la historia chilena de finales del siglo 19: Un Veterano de Tres Guerras, de Guillermo Parvex. Lleva 54 semanas en el «top ten» de ventas en las librerías nacionales.

 

En la obra el propio abogado melipillano José Miguel Varela (1856-1941) cuenta su historia militar, la que comenzó al ingresar a los 23 años como voluntario al Ejército para combatir en la Guerra del Pacífico. Permaneció en las filas hasta la conclusión de la Guerra Civil de 1891.

 

Un efecto dominó

 

Alejandro Palma, de Librería Lolita de Providencia, está impactado con el éxito de lectoría de las memorias del oficial Varela. «En varias oportunidades hemos tenido que pedir reposición de ejemplares», dice a Cambio21.

 

A su juicio, «el fenómeno de tan elevada demanda se produce por los reportajes de prensa sobre esta publicación y la voz que hacen correr los propios lectores entre sus familiares y amigos, lo cual despierta la curiosidad de los aficionados. Se produce una especie de efecto dominó: cae subyugado un lector y luego otro, y otro…». De hecho, ya van en la 4ª edición.

 

Héctor Velis Meza, periodista asesor de la cadena Feria Chilena del Libro, estima que se ha despertado un interés ciudadano por esta temática. «A la gente le gusta el relato de intimidades de los personajes, la divulgación de las estrategias políticas y bélicas, los juegos de ingenio, los amores, los dramas. Desde la ferocidad de los combates en la batalla de La Concepción a situaciones desconocidas, como haber usado El Mercurio de Valparaíso para engañar al almirante Grau y capturar el Huáscar», dice refiriéndose a otro título -«Huáscar», de Carlos Tromben-.

 

Cuenta Velis Meza, volviendo a «Un veterano…» que se encontró con el conocido sacerdote Felipe Berríos, quien le refirió que le habían regalado un ejemplar del libro de Varela, que empezó a leer un poco por obligación, «pero se enganchó de tal forma que no lo pudo soltar».

 

El periodista especializado en temas literarios coincide con Alejandro Palma, de Lolita, en que «la forma entretenida» es la clave del éxito. Velis Meza añade que se ha estado generando un interés de la gente por saber «más historias de la Historia», pero que aquellas deben presentarse en forma atractiva. «Todos los libros que han tenido tanto éxito en los últimos meses apuntan justamente a eso».

 

La historia del «Veterano…»

 

Fue un hecho circunstancial el que permitió conocer las intimidades de las tres guerras vividas por los chilenos a fines del siglo 19. El abuelo del periodista Guillermo Parvex – Guillermo Canales (1886-1965)- conoció en los años 30, en Cauquenes, al protagonista: el abogado José Miguel Varela (1856-1941), quien le relató de viva voz sus peripecias años más tarde en Valdivia.

 

Varela era entonces un anciano 30 años mayor que su interlocutor en ese momento. Tan entretenidos eran los cuentos, que Canales le propuso que escribiera sus memorias. «Yo estoy muy viejo para eso», le dijo, «hágalo usted, si le interesa».

 

Le contó que era un abogado recién recibido cuando se enroló en el Ejército para sumarse a las tropas que combatieron en la Guerra del Pacífico. Finalizada ésta, participó en el proceso de pacificación de la Araucanía; además se le encargó la misión de supervisar la entrega de tierras a los colonos. Concluyó con su carrera militar en la guerra civil del 91, combatiendo en las tropas leales a Balmaceda.

 

Sus testimonios los registró a mano Canales, abuelo de Parvex y convertidos en un grueso legajo de papel se los entregó como herencia a su nieto mediados de los 60. Parvex tenía apenas 11 años y ni los leyó, pero los conservó.

 

Cuatro décadas después, durante el verano de 2004, Parvex los revisa por primera vez y se da cuenta que se trataba de un tesoro histórico, digno de ser publicado. Tardó diez años en conseguirlo.
Comenzó por la cuidadosa transcripción del manuscrito, «ya que la mayoría de los apolillados y humedecidos papeles se desintegraban al menor movimiento», relató a LUN. Finalmente, les dio un orden cronológico apropiado a los textos y se encargó de comprobar que el asunto, que tenía unas 400 carillas de extensión, no fuese «un relato novelesco», sino que efectivamente se tratara de la biografía de José Miguel Varela. Y comprobó que así era. Varela había realmente existido.
Al principio, no interesó
Parvex relató a Cooperativa que ofreció el texto a varias editoriales, pero nadie se interesó. Un hermano de él, amigo de un coronel de Ejército, le contó del libro; éste contactó al general retirado Marcos López, presidente de la Academia de Historia Militar, el cual, con poco entusiasmo, autorizó la impresión de mil ejemplares. López pensó que se trataba de un texto «de nicho».
«Debo confesar que me equivoqué», dijo después el ex oficial a El Mercurio. «Pensaba tener una pequeña ganancia en dos años, ¡pero al mes y medio ya estaba todo vendido; el libro desapareció de las librerías!».
Se aventuraron con una segunda impresión de mil quinientos ejemplares, «y en quince días ya no quedaba nada». Cuento corto: van en la cuarta reimpresión y en ocho mil ejemplares vendidos. «Para nosotros, que como única experiencia editorial previa contábamos con la publicación de un atlas, esto ha sido impresionante», dijo.


Contenido estremecedor

Varela vivió en carne propia varios de los hechos dramáticos que conmovieron a Chile en los últimos 25 años del siglo 19. La Guerra del Pacífico, la pacificación de la Araucanía y escapó malherido de la batalla de Placilla, defendiendo hasta el último instante al gobierno constitucional de Balmaceda.
Fue testigo de los excesos de la soldadesca chilena tras la batalla de Chorrillos, así como de la toma de Lima, donde tuvo que ajusticiar a varios protagonistas de aquellas vergonzosas jornadas. También es estremecedor el relato de su llegada al pueblo de La Concepción, pocas horas después de que los 77 soldados que defendían la plaza en la sierra peruana fueran masacrados por las montoneras enemigas.
Fue una orgía de sangre, tras la cual los chilenos fueron decapitados y sus cabezas ensartadas en las lanzas de las montoneras. Al llegar las tropas chilenas, matan a todos los que encuentran, recobran los despojos de los compatriotas, extraen los corazones de los oficiales para guardarlos como reliquias, sepultan a los caídos en la iglesia de La Concepción, le prenden fuego para evitar profanaciones y terminan incendiando el pueblo en su totalidad, en venganza.
Tras la guerra, después que Varela fuera destinado al sur a la Campaña de La Frontera, el presidente Balmaceda lo nombra a cargo del reparto de tierras en la Araucanía. Descubrió prontamente que los latifundistas se valían de todo tipo de argucias para despojar a los indios de sus territorios ancestrales. Al oponerse a ello, el oficial se ganó feroces enemigos que incluso intentaron matarlo.
Otro episodio desconocido que relata fueron las escaramuzas de militares argentinos en los alrededores de Lonquimay, cuyas sangrientas y alevosas expediciones concluían con matanza de mujeres y niños chilenos en manos trasandinas.
También espantan los sucesos que presenció en la Guerra Civil del 91. Sus reportes sobre la muerte y despedazamiento de los cadáveres de los generales leales al presidente Balmaceda, Barbosa y Alcérreca, a manos de la soldadesca congresista, son episodios aterradores, del tipo Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola.


Un chileno transversal

Según López Ardiles, el éxito de estas memorias reside en que su protagonista, José Miguel Varela, es un hombre de clase media ilustrada, con un tremendo cariño por Chile, y que además recrea muy bien la cotidianeidad, las calles y las costumbres de una época. «Me imagino, porque aún no me lo explico bien, que si su lectura resulta tan grata debe ser porque no estamos ante las memorias de un fanfarrón o de una persona que aspira a trascender. Varela cuenta su vida con naturalidad, con soltura e inocencia», dice.
De acuerdo a su percepción, Varela es «transversal, ya que ha cautivado a todos, a gente de izquierda, de derecha, a jóvenes y adultos. Desde la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, hasta Hermógenes Pérez de Arce, todos se han sentido tocados por la historia».

 

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