Radio Arcoiris

DESDE EMPANADAS A LA CHILENA… GENTE DE RADIO Nº 19

TEXTO:  LIBRO  GENTE DE RADIO Nº 19

DESDE EMPANADAS A LA CHILENA HASTA CERÁMICA, LAS ACTIVIDADES DE SONIA Y CIRO EN CARACAS…

 Variedad de oficios y actividades desarrollados con un esfuerzo que enfermó a Sonia… participación en escenas de cine filmadas por Héctor Duveauchelle, el gran actor chileno avecindado en Caracas y asesinado en esa ciudad… las incursiones laborales de Sonia en los primeros ordenadores IBM…

( GENTE DE RADIO Nº 19) LEOPOLDO.- “Gente de Radio” … estamos conversando con el periodista Ciro Vargas Mellado y con su esposa, Sonia Roa Mena, y en estos instantes, conociendo las experiencias de ambos en Venezuela, más concretamente en Caracas.

Recién Ciro nos daba un escueto resumen de sus múltiples actividades periodísticas en Venezuela… ¿Qué actividades realizó Sonia Roa?

SONIA ROA.-. ¡Oye!, ¿qué es lo que no realicé?… Hice de todo… hasta empanadas al horno… En una oportunidad me ofrecí para hacerlas, porque no las conocían allá… solamente las típicas de pescado, que hacían con harina de maíz.., entonces hice mis empanaditas de horno…

LEOPOLDO.- ¿Y cómo fue el resultado de esa experiencia?… Primero, ¿cuántas empanadas hiciste y cómo fueron recepcionadas por los habitantes de Caracas?

SONIA ROA.- Mira, casi todos eran chilenos, porque tenían deseos de comer empanadas y no se atrevían a incursionar en eso… a prepararlas y cómo iban quedando… Nosotros, con mi Cirito, con mi viejito, sí que las hicimos y quedaron muy, muy ricas, las empanadas…

Bueno, después de eso, hice de todo … Secretaria de Abogado, Secretaria de Médico Internista… de un científico muy famoso allá, el profesor Francisco de Venancio, que era catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela…,

Tuve muy buenos trabajos en Caracas, y también, como decía Cirito, trabajé levantando textos en máquinas especiales… lo que eran como las primeras computadoras de lo que se está viendo ahora… equipos con memoria, con ordenadores… La IBM nos entregaba esos cursos y ahí trabajé y me entusiasmé tanto que me enfermé… Era un trabajo muy apremiante, entonces tuve una dolencia al oído…

Se me enfermó el oído… y entonces, vino un strees… Estuve mucho tiempo en cama… fue un período feo el que viví … como cuarenta y dos días que estuve con drogas y cuidándome para que se me desinflamara el oído medio… Tenía vértigos… bueno, entonces el doctor me dijo que tenía que dejar el trabajo que estaba haciendo y permanecer en casa, haciendo otro tipo de actividades…

Me fui a una Municipalidad… y cómo todo allí era gratis…¡Era una maravilla!… cuando yo conocí Caracas, Venezuela, y en aquella oportunidad te daba tantas oportunidades para que tú aprendieras, te prepararas y participaras…, que tú ibas a una Municipalidad y allí te ofrecían de todo para aprender … y en forma gratis…

Entonces yo aprendí a hacer de todo… qué decoración de interiores, qué tallado en vidrio, y también la cerámica… Y lo que más me gustó fue la cerámica… y me dediqué a eso, y en mi casa llegué a hacer exposiciones… Mis trabajos… te puedo decir que en aquella época, no sé… se fueron a Uruguay y también a España… Recuerdo que hice una tetera muy hermosa y se la llevaron a España…

Y a propósito de teteras, te voy a contar una anécdota que nos ocurrió… La primera vez que llegamos a Venezuela yo quería tener mi tetera para calentar agua… entonces, iba a las tiendas… los depósitos donde se compraban los elementos que se vendían para el hogar, así, y entonces preguntaba por “teteras” y me mostraban “mamaderas”…

Entonces me decían: “No son teteras, son teteros”… “Ah, bueno, ya”, contestaba yo… Iban y me mostraban las mamaderas, a las cuales les decían “teteros”… La famosa tetera se convirtió en algo muy especial, hasta que terminamos hirviendo agua en una olla porque jamás pude encontrar una tetera, porque no usaban, a lo menos en ese tiempo, las teteras…

Y, como te digo, hice de todo… y gustó mucho todo lo que hice… las exposiciones de mi cerámica… ¿Qué más fue lo que hice allá?… ¡Ah!, estuve enseñando también en la Municipalidad… Hice clases de cerámica y decoración de interiores… Viví experiencias muy hermosas en Venezuela… conocí paseos hermosísimos… una vegetación exuberante…

¡Oye!, ya después decía yo: “Mi país, pobrecito… tan chiquito y tan poquita cosa que se ve ante toda esa exuberancia de la naturaleza, y esa gente brillante … esa gente tan llena de colorido… y de canciones”…

LEOPOLDO.- Ciro, tengo la sensación de que, tú por un lado, y Sonia por otro, con un protagonismo especial ambos, realizaban actividades muy diversas… ¿En algunas, juntaban los esfuerzos … cómo se daba la relación para evaluar lo que hacía uno u otro… sacrificaban horarios, actitudes… se felicitaban mutuamente… cómo era ese intercambio de experiencias?

CIRO VARGAS.- Nos ayudábamos mutuamente, porque… en lo que respecta a la cerámica, por ejemplo, yo le acompañaba a Sonia… a veces era la una o tres de la madrugada y como allá el frío no es lo más frecuente y vivíamos nosotros en un departamento que tenía la altura de cuarenta y dos pisos… era un edificio de cerca de cincuenta pisos, entonces nosotros estábamos en el piso cuarenta y dos y con un amplio balcón, dominábamos parte de la ciudad de Caracas, muy iluminada y ahí nos entreteníamos escuchando radio y trabajando hasta esas horas …

Yo le ayudaba en lo que podía compartir y en otra oportunidad que compartimos también, fue en la filmación de una escena que requería Héctor Duvauchelle, que como se recordará, fue asesinado en Caracas… Héctor Duvauchelle, el gran actor… estaba él preparando una obra teatral… creo que “El Muro” era que se llamaba – “El Muro de Contención”-. Entonces se le ocurrió que yo podía ayudar a servirle de algo… era una presentación, era un monólogo… Entonces necesitaba que se proyectara, durante el transcurso de ese monólogo, una escena que tenía que ser grabada, filmada… y no se le ocurrió nada mejor que pedirme a mí que fuera el actor de esa escena…

Y entonces, ahí participamos los dos con Sonia… ella me hacía repetir mi texto y después ella también agregaba lo suyo… Total que nos filmaron una escena en una plaza pública en Caracas, y eso fue lo que le sirvió después a Héctor Duvauchelle para complementar su presentación de la obra “El Muro de Contención”… que era –como te digo- un monólogo y tuvo varias representaciones y que fue el contacto que mantuvimos con Héctor, un hombre de una riqueza humana y artística estupenda y que por su mal hábito de trasnochar pagó con su vida… porque fue asesinado una noche, en las calles de Caracas…

 

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