Lidia Llanos Bonilla, prosa y verso de una chillaneja conectada a la web
Es chillaneja. Lidia Llanos Bonilla es fiel representante de un segmento de la población que busca opciones y alternativas para seguir enganchados en la dinámica de la sociedad actual, eso sí, sin perder lo que son y que les ha costado una vida construir. Lidia es adulta mayor y afirma que hoy prácticamente envejece el que se deja envejecer, lo que no tiene que ver ni con arrugas ni figura de pasarela: asegura que simplemente la vida es bien vivida con el corazón abrigado con tanta experiencia adquirida y por haber ejercido ese mandato de amar en todas sus formas.
Lidia Llanos, vital y hermosa a sus 78 años, hizo sus estudios en el Liceo Marta Brunet. Parte de su adolescencia la pasó en el campo, en Portezuelo y eso la marcó fuertemente. Más tarde, siguiendo los pasos de su padre, trabajó en Correos y Telégrafos hasta que se retiró cuando fue su tiempo, en 1983. Hoy es socia activa del grupo literario de Concepción “Lunas Plenas” y afirma que el dicho “la vida tiene de dulce y de agraz” le calza.
Tiene tres hijos, es una madre presente, querendona y una abuela chocha. Y lo más duro de su vida ha sido asimilar la muerte de su esposo. Pero, detalla, para los momentos críticos, los felices y los cotidianos, estuvo siempre su madre Mercedes Bonilla, una figura importante y amada que hasta hoy sigue conectada con ella.
¿Y su veta artística? Lidia revela que “comencé a escribir después que murió mi marido, hace 27 años. El grupo al que pertenezco tiene ya 12 años y ha sido una magnífica experiencia. Viajo a las reuniones; hemos publicado en forma individual y colectiva y tenemos en común ser adultos mayores”.
Sigue viviendo en la casa familiar desde hace 50 años. “No quiero dejar mi casa, aquí está toda mi historia, cada cosa tiene un significado. Está mi jardín y los recuerdos”, detalla. Vive rodeada del afecto de los suyos y de los amigos, y a la vez, va con los tiempos y su computador, junto a Facebook, es un fiel amigo y acompañante. “Siento que gracias a esta nueva tecnología estoy cercana a todos, los hijos, los amigos con quienes converso a diario. Es un verdadero impacto este medio que nos conecta al momento y borra la barrera de las distancias. Me conecto con amigos, intercambiamos noticias, experiencias, trabajos literarios. Uno va descubriendo cosas con el paso de los años, yo aprendí a tener un espacio para mí que antes nunca tuve”, precisó. Y en eso está, ya que su proyecto actual es escribir su propia historia, para que la conozcan y porque será un legado para los suyos.
Lidia tiene cosas interesantes que contar. Su madre era pariente de Albertina Azócar, quien fuera la esposa del gran poeta Angel Cruchaga Santa María. Pero eso no es todo, muy joven, se dice, fue la musa que inspiró a Neruda para escribir sus famosos “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”.
¿Cómo era ella? “La tía Albertina era una mujer encantadora, íbamos mucho a su casa a Viña del Mar y ella nos visitaba en Chillán; eran cercanas con mi madre. Era observadora y silenciosa, por eso Neruda escribió “me gusta cuando callas y estás como distante”.
Have something to add? Share it in the comments.